4ª Jornada: 16 de febrero de 2002
7ª y 8ª prueba
Los veteranos muestran su poderío en esta jornada, repartiéndose las victorias en juego.
Si en la pasada jornada fue el
Norte el protagonista, su vecino el Levante no quiso ser menos y se presentó
con fuerza 6 y rachas que superaban los 25 nudos de intensidad. Con estas
condiciones, nuestros veteranos de la flota (por años sobre un patín, no por
edad física) se frotaban las manos antes de salir, y no se equivocaron, ya que Ernesto
Ollero triunfó con claridad en la primera manga y Ramón Calero hizo lo propio
en la segunda.
Trece valientes regatistas se
hicieron a la mar, pero estas condiciones tan duras hizo que cuatro de ellos se
dieran media vuelta antes de la señal de salida, y algunos de ellos no son
habituales de dodotis.
La primera manga ya comenzó con
incidentes. En la salida, encontronazo entre Lamadrid y Calero, el segundo
amurado a estribor y teniendo que parar para no colisionar. Poco después,
Calero volvería a tener otro incidente, esta vez con Chiri, y de nuevo estando él
a estribor. Pero esta vez fue más espectacular, ya que ninguno de ellos vio
venir al otro y hubo colisión (debido a un amago de virada de Calero, que hizo
suponer a Chiri que ya no se encontaría con él, y Calero suponía que Chiri le
veía venir). Por suerte no hubo grandes desperfectos, pero ambas embarcaciones estuvieron
enganchadas cerca de un minuto, dejando sin opciones a ambos regatistas de cara
al triunfo en la prueba.
Ernesto no desaprovechó la ocasión,
y dado que estos vientos no se le dan precisamente mal, montó barlovento en
primera posición, seguido de un impresionante Lamadrid que no para de
sorprender en su bestial progresión. Les seguirían Ángel Ruiz (Lepe), Enrique
Espinosa, Calero, Vicente Climent, Rafa Ruiz (Chiri) y Dani Sánchez (los ocho
supervivientes).
El comité puso un recorrido corto
debido a las malas condiciones de viento, lo que hacía muy difícil la
remontada. Aún así, Calero no tardó en colocarse en tercera posición tras los
dos largos, y Ernesto no tenía problemas en mantener su primera posición frente
a Lamadrid y la embestida de Calero. Detrás, Chiri superaba a Climent y Lepe y
Enrique luchaban por la cuarta plaza. Dani se dedicaba a aguantar, observar y con
la meta puesta en acabar la prueba. Así se mantuvo la cosa hasta la última
ceñida, en la que Calero intentó en vano superar a Lamadrid en el bordo opuesto
a éste, finalizando en tercera posición. Ernesto venció contundentemente,
echando por tierra esas críticas cariñosas de quienes le quieren jubilar. Chiri
conseguiría superar a Enrique y a Lepe, a éste en la última ceñida, finalizando
cuarto. Lepe se vería también superado por Enrique tras dos intentos fallidos
de virada para afrontar la línea de llegada. Climent entraría en séptima posición,
seguido de Dani.
Calero presentó protesta contra
Lamadrid y contra Chiri por los incidentes de la primera ceñida, ganando ambas
en la vista celebrada en tierra al término de las pruebas, lo que supuso la
descalificación en esta prueba tanto de Lamadrid como de Chiri.
La segunda prueba se veía más
interesante, ya que supondría que Calero y Chiri partirían sin problemas,
aunque este último regateaba con la ventana de la vela totalmente destrozada
(aunque un escape de viento en estas condiciones no viene del todo mal). Calero
comenzó dominando, seguido en barlovento de Lamadrid, Ernesto y Chiri, todos
ellos muy juntos. Detrás, Enrique, Lepe, Climent y Dani no a mucha distancia.
Ernesto no tardó en superar a
Lamadrid, quien también fue superado en la trasluchada por Chiri. Y es que el
señor Lamadrid va muy bien, pero debe practicar un poco las maniobras. Lamadrid
terminó metido en la bocana de Puerto Sherry ( a unos 100 metros de la baliza),
optando al final por virar por avante e incluso subido en una roca. Una lástima,
ya que estaba navegando más rápido que Chiri.
Enrique iba también muy cerca de
Chiri, pero la mala suerte también se cebó con él, ya que enganchó la escota en
el segundo largo, que le imposibilitaba abrir el barco ante el riesgo de
volcar, lo que le supuso pasarse ¡muy de largo! La baliza de sotavento, viéndose
superado por Climent y Lamadrid (que ya superó el mal trago de la trasluchada).
Por delante, Calero dominando y Ernesto tras él y dejando ya muy atrás a Chiri.
Ningún cambio de ahí hasta el
final. Calero ganó, Ernesto consiguió la segunda plaza, Chiri tercero, Lamadrid
cuarto y recuperando terreno a Chiri, Climent cuajando una sorprendente 5ª
posición, Enrique 6º, Lepe 7º (se relajó demasiado en la segunda prueba) y Dani
8º dando ejemplo a terceros de que se puede navegar con levantito aún siendo un
clase B y de los ligeritos de la flota.
Con todo esto y las labores de
despacho del señor Calero (que cunda el ejemplo de que las reglas de juego están
para cumplirse), la clasificación general de la liga experimenta cambios de consideración.
Calero reduce a 6 puntos la ventaja de Chiri; Ernesto se hace con la tercera
plaza, alejando a sus perseguidores y reduciendo las distancias con el líder;
Lamadrid se afianza en el cuarto puesto; Enrique se mete en el grupo que aspira
a alcanzar podium; y Vicente Climent va dejando clarito que en la clase B tiene
pocos rivales.